EN CUALQUIER PARTE TE ENCUENTRO

Les rodeaban montones de hojas colocadas en ramas.El frío se apoderaba de sus cuerpos.La brisa correteaba a sus pies y una salvajada de besos los atacaban."No me sueltes",decía Mabel. Que no la soltara en la noche, era peligrosa.Ni tampoco en el día, aunque no fuese tan tormentoso.

Su cabeza,compuesta de estallidos.Su corazón puede que de recuerdos.César era como un lobo.Agresivo y robusto por fuera.Dulce y fiel era su interior.Delicioso bocado para cualquiera. Mabel tenía suerte.César no podía tener queja de la compañía.Ella odiaba los bosques, pero esa noche había decidido partir hacia allí.Para él era el paraíso.Nada mejor que luces apagadas en los árboles.Los bocados eran apasionados.Los suspiros,fuertes.Cerraban los ojos como si aquella noche fuese la última.No notaban el frío.¡TE QUIERO!,dijo gritando.Ese era su sitio.Su frase.Su lugar.Su momento.

No sé que fue de César, pero a Mabel desde aquel día le vuelven loca los bosques.Diréis que se convirtió en una manía o en algún tipo de imaginación, pero cada vez que Mabel lo echa de menos, va de noche al árbol donde apoyados se encontraban aquel día.Cierra los ojos y lo escucha aullar.