dejemos que los labios besen,los dedos jueguen y las lenguas se enreden

No había bocado más delicioso que tu boca ni tampoco otra manera en la que se enredaba tu lengua en mi espalda.Juraría ver el cielo cada vez.Tus labios suaves y tu pelo alborotado,nada mejor.Las sábanas se pegaban a nuestros cuerpos,querían tocar lo prohibido con nosotros.Me acuerdo como tus dientes agarraban mi piel y tus ojos transmitían locura.No había más cielo que tus noches.No había más cielo que tus besos.Joder,me volvías loco.Cada movimiento era especial,cada vez más.La almohada estaba cansada de nosotros, supongo que el colchón también.Tu olor dulce que empalagaba a toda la habitación,pero a mi me daban ganas de comerte.Me daban ganas de agarrarte y no soltarte y aunque el sexo era nuestro punto fuerte,también teníamos otros puntos arriba.Tus caderas eran paseos a lo prohibido.Cogería los esquís y me iría ahora mismo a navegar por ellas.El cielo en mis manos, el cielo en mi boca.Puro placer, nada inigualable.Las horas resbalaban sobre la mesita, y la luz reposaba en lo que nosotros "veíamos" acabar la noche.Benditos mordiscos.

las palabras que llegan tarde,ya no son válidas

No se le reconocía.Había cambiado tanto...Estaba metida en el humo de un porro,se evadía en él.Escupía el humo como si de palabras se tratase,supongo que lo que quería era deshacerse de los problemas.Grandes y asquerosos problemas.Yo la miraba e invisible me sentía,tanto que ni ella me veía.Se estaba tragando la decepción con una cerveza de marca Badwheisser. El amor se tragaba con esta,quizá.Los lloros,tal vez.Nadie podía entrar en su cabeza,ni siquiera el hachís de las noches.El hachís que colocaba el desorden,de la vida.El hachís que para ella era el mejor invento hasta ahora,no sabía lo que hacía.Vaya que si había cambiado,hasta sus andares.Nada es igual.Sigo observándola.Noto su respiración alterada y sus labios locos por besar,agrietados y en cada grieta desesperación.Grietas que querían ser mordidas por otra boca,selladas por otros labios.Lágrimas suicidas que se tiraban desde la nariz hasta el suelo.Seguía con su porro en la mano, entre los dedos.Suelta eso,pensaba.Gritaba.Por mucho que gritaba no me escuchaba,por mucho que le decía lo mucho que la quería,ella no lo escuchaba.

Y SERÁN LOS MODELOS A SEGUIR

Aquella música no paraba de atosigarme,y yo solo pensaba en eso.No podía parar de morderme las uñas ni de dar vueltas de una a esquina a otra de la discoteca sabiendo que hoy no lo había hecho,y era necesario.Cuando me miraba intentaba parecer tranquila,le sonreía.La gente bebía y yo solo veía vasos llenos de azúcar.Salí afuera, miré alrededor,miré cuerpos.Volví a entrar.Estaba en la esquina del bajo piso,donde siempre.La música se apoderaba de mi, me dolía la cabeza,me estaba sintiendo culpable.No pude aguantar más,subí hasta el baño lo más rápido que pude.Las escaleras de dos en dos, de tres en tres si hacía falta.La causa era extrema.Entré y cerré la puerta con pestillo y empecé a hacerlo.Tardé unos veinte minutos,media hora escasa.Abrí la puerta y estaban tres chicas esperando a que abriese la puerta.Y, entre cuchicheos y risas, entraron las tres al baño del que yo había salido.Estaba sola.Me miré al espejo y me daba pena.Me daba realmente pena de mi misma.Intenté colocar la sonrisa original como pude y bajé las escaleras para ir a donde estaban todos.¿A donde fuiste?,me decían.Y él se acercó.Me miró fijamente a los ojos."Lo has vuelto a hacer", repitió un par de veces.A donde iría yo...,a donde...Si no me paraba de repetir en la cabeza la última frase que escuché de mi chico, aunque, en ese momento, no sabía ya ni lo que era."Estoy harto de repetirte que estoy enamorado de ti, qué me gustaba la persona de antes,no los vómitos de ahora".

                                                                                    Irina Mine.

Y ES EL PUTO INVIERNO

Y con las botas puestas,ahí me fui. La lluvia empapaba mi pelo, con obligación de ponerlo hacia adelante, como si me estuviese preparando para no ver la vida,la real o la imaginaria,la de mierda o la de mis sueños.La bufanda atrapaba mi cuello,protegiendo mi cuello de...de nada.Ya nada lo hacía.Nada me protegía.La sangre ya no corría,la nariz no inhalaba.Mi piel no sentía temperaturas, ni tactos,no sentía nada.Mi corazón ya no latía.Ya nada era como antes.Apretaba los dientes para que doliese menos,pero ni eso funcionaba.Puto frío...no me deja respirar.

Los pies se movían solos, no sé cual era mi destino.No sé ni a donde iba ni a qué,nada me iba a volver a llenar de color, de vida,otra vez.Esta se fue, se fue a otro cuerpo.Soy un cuerpo inerte.Un cuerpo inerte que, no sentía ya nada, solo,solo sentía la soledad que de mi se apoderaba cada vez más.

Los párpados se cerraron inconscientemente y se abrieron rápidamente.Allí sentada, estaba escupiendo todo mi dolor en una triste calada.Triste porque eso era lo único que me hacía feliz en ese momento,en esta vida,una triste calada a un cigarro.

                                                                                                                                Irina Mine.