EL TIEMPO PASA Y YO TE ECHO DE MENOS;

miércoles, 6 de febrero de 2013

"cómo decirle que yo no era un tío cualquiera"

Pero cuando se abrió la puerta del ascensor, todos mis propósitos se difuminaron.Sentada, casi tumbada,en el descansillo de la escalera entre el segundo y tercer piso, agazapada contra la pared,dormía la chica de la trencita azul.Su melena caía salvaje y despeinada por su cara, y sus manos unidas, apoyadas en la cabeza, hacían de frágil almohada.
Era preciosa.Su rostro,inocente,juvenil.Su nariz pequeñita transmitía dulzura, justo lo contrario que sus labios, carnosos y deseables.Pero aquella musa rubia no solo era un hechizo de belleza.
Mis hormonas de dispararon en un segundo al contemplar cómo sus vaqueros blancos dibujaban su perfecto trasero.
Rápidamente aparté la vista, avergonzado.Pero, ¿¡en qué estaba pensando!?.Aquella niña no tendría más de quince años...Me culpé por el desliz, aunque no tardé demasiado en volverla a mirar.
Entonces no pude evitar fijarme también en su camiseta escotada.
Demasiado escotada.
¿Otra vez?¿Qué estaba haciendo? Sacudí la cabeza de un lado para otro y decidí firmemente no observarla más para no caer otra vez en la tentación.
Huí del deseo, caminando hasta la puerta de mi piso.Una vez dentro estaría solo.Tembloroso, no acertaba con la llave.
Una leve tos rompió el silencio reinante en todo el edificio.Me giré y comprobé que la musa seguía con los ojos cerrados.
"Pobrecita,se resfriará.O tal vez coja mala postura",pensé.
No podía consentirlo.Engañándome a mi mismo, y a mis motivos,creí que la obligación era despertarla.Guardé la llave de nuevo y,nervioso,me acerqué hasta ella.
Temía tocarla.Pero,volviéndome valiente,agité con suavidad su hombro.La chica enseguida abrió los ojos y reparó mi presencia.
-¿ Me está mirando las tetas? - preguntó sonriente,dejando ver unos dientes blanquísimos.
Instintivamente, mis ojos buscaron su pronunciado escote.Unas décimas de segundo, me di cuenta del error y subí hasta su mirada.Casi fue peor,porque aquellos ojos verdes me intimidaron todavía más.
- No...¡Claro que no!
- No le creo.Es en lo primero que se fijan los tíos.
Como decirle que yo no era un tío cualquiera,que no era uno de esos jóvenes salidos que seguramente estarían haciendo cola para salir con ella.Sin embargo,poco antes,ni su perfecto culo, ni sus sensuales y prominentes pechos me habían pasado desapercibidos.En definitiva, yo era otro tío más de la lista.

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